Nuestra tienda usa cookies para mejorar la experiencia de usuario y le recomendamos aceptar su uso para aprovechar plenamente la navegación.
Las persianas alicantinas, con su encanto tradicional y funcionalidad moderna, se han convertido en una elección popular para hogares y negocios por igual. Estas no solo ofrecen privacidad y protección contra los elementos, sino que también añaden un toque estético a cualquier fachada.
Sin embargo, para asegurar su correcto funcionamiento y durabilidad, es crucial entender los componentes que las hacen operativas: las poleas y los frenos. En esta guía, exploraremos los tipos de poleas y frenos disponibles, sus ventajas e inconvenientes, y ofreceremos recomendaciones para su uso y mantenimiento.
Existen principalmente dos materiales en los que se fabrican estos componentes: metal y plástico. Cada uno ofrece características distintas que pueden influir en la elección según las necesidades del usuario.
Las combinaciones de estos materiales se presentan de la siguiente manera:
La principal ventaja de las poleas metálicas es su capacidad real de giro.
Las poleas metálicas son ideales para persianas pesadas, ya sea por el material (como madera) o por su tamaño.
El principal inconveniente de las poleas de plástico es el desgaste por fricción, que puede reducir la eficiencia del mecanismo y la vida útil de la persiana. Por eso son más recomendables para persianas de poco peso.
Para persianas de madera o pvc de gran tamaño, se recomienda optar por poleas metálicas debido a su mayor resistencia y durabilidad. Sin embargo, para persianas más ligeras y de uso menos frecuente, las poleas y frenos de plástico pueden ser una opción económica y suficientemente eficaz.
Evalúa el peso y tamaño de tu persiana, así como la frecuencia de uso. Para persianas pesadas de tamaño de más de 150 de ancho por 180 de alto, las poleas metálicas son la mejor opción
Aunque requieren menos mantenimiento que las metálicas, es importante mantenerlas limpias y verificar periódicamente su estado para detectar desgaste.
La duración de las poleas y frenos puede variar dependiendo de varios factores, como la calidad de los componentes, el uso y el mantenimiento. En general, se estima que las poleas y frenos metálicos tienen una vida útil más larga que las de plástico.
Se recomienda lubricar las poleas y frenos al menos una vez al año. Utiliza un lubricante adecuado para asegurar un movimiento suave y reducir el desgaste.
Si las poleas se atascan o no funcionan correctamente, lo primero que debes hacer es verificar si hay obstrucciones o acumulación de suciedad. Limpia las poleas y aplica lubricante si es necesario.