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Las persianas alicantinas no solo aportan un toque estético característico a nuestras ventanas, sino que también ofrecen funcionalidad y privacidad. Sin embargo, para garantizar su correcto funcionamiento y durabilidad, es esencial contar con frenos de retención adecuados. En este artículo, te llevaremos a través de todo lo que necesitas saber sobre los frenos de retención: desde su funcionamiento y instalación hasta su mantenimiento.
El freno de retención es un componente clave en el mecanismo de las persianas alicantinas. Su principal función es controlar el movimiento del cordón, permitiendo subir o bajar la persiana de manera controlada. Existen dos tipos principales de frenos de retención: metálicos y de plástico.
Este tipo de freno cuenta con una parte articulada en su extremo inferior que, al accionarse lateralmente, estrangula el cordón, deteniendo así el movimiento de la persiana. Cuando el cordón se mueve en línea recta, el freno permite su desplazamiento libre, pero al accionarlo de lado, la pinza se cierra y el cordón queda inmovilizado.
El freno de plástico opera bajo el mismo principio que el metálico. La diferencia radica en que utiliza una rueda dentada para atrapar y liberar el cordón. Este mecanismo hace que sea igualmente efectivo para controlar el movimiento de la persiana.
Ambos tipos de frenos son eficaces, aunque cada uno presenta ventajas y desventajas dependiendo de las necesidades específicas y el tipo de persiana alicantina.
La instalación de los frenos de retención es un proceso relativamente sencillo que no requiere de herramientas especializadas.
1. Ubicación: La parte trasera del freno metálico debe instalarse alineada con la salida del cordón de la polea.
2. Sujeción: Se utiliza la polea como punto de anclaje, asegurando el freno con dos clavos.
1. Alineación: Es crucial alinear la salida del cordón con la entrada en el freno.
2- Fijación: Una vez alineado, el freno se clava en el medio del montante con dos clavos para asegurar su posición.
Una vez instalado el freno, el siguiente paso es colocar el cordón correctamente.
Para el freno de plástico, simplemente se pasa el cordón por la abertura superior hasta que salga por la inferior.
No olvides atravesar el tirador de bellota con el cordón haciendo un nudo al final para bloquearlo para que tirar de él sea más fácil y seguro
En el caso del freno metálico, el cordón se pasa a través de la pequeña pieza articulada con forma de estribo. El freno metálico es más apropiado para persianas de mayor peso o mayor tamaño.
Si notas que el freno ya no retiene el cordón de manera efectiva o si se ha dañado físicamente, es momento de considerar su reemplazo.
Cada tipo de freno tiene sus ventajas. Los metálicos suelen ser más duraderos, mientras que los de plástico pueden ser más fáciles de instalar. La elección dependerá de tus necesidades específicas y preferencias personales.
Realiza inspecciones regulares, limpia el mecanismo de cualquier suciedad y asegúrate de que el cordón esté en buen estado. Estas simples acciones pueden prolongar significativamente la vida útil de tu freno de retención.