Nuestra tienda usa cookies para mejorar la experiencia de usuario y le recomendamos aceptar su uso para aprovechar plenamente la navegación.
Las persianas alicantinas no solo son una solución estética y funcional para el control de la luz y la privacidad en nuestros hogares, sino que también aportan un toque tradicional y acogedor a nuestras ventanas.
Sin embargo, una correcta instalación es clave para garantizar su durabilidad y funcionalidad. En este aspecto, los cáncamos juegan un papel crucial. Acompáñanos en este recorrido detallado sobre cómo colocar correctamente los cáncamos en tus persianas alicantinas.
Los cáncamos de una persiana alicantina son pequeños herrajes metálicos que sirven como puntos de anclaje de las persianas alicantinas. Su correcta instalación asegura que la persiana pueda subir y bajar de manera fluida y sin contratiempos.
La colocación estratégica de estos componentes es fundamental para distribuir el peso de la persiana alicantina de manera uniforme y evitar deformaciones o daños en el montante.
Para iniciar la instalación de cáncamos en tu persiana alicantina, necesitarás:
1. Cáncamos adecuados para el tipo de persiana.
2. Taladro con broca pequeña para pre-perforar el PVC.
3. Cinta métrica
4. Lápiz para marcar los puntos de instalación.
5. Nivel para asegurar que la colocación sea recta.
Antes de comenzar, es crucial medir y marcar con precisión los puntos donde se colocarán los cáncamos. Para ello, determina la longitud total del montante de la persiana y divide el espacio en secciones iguales, dependiendo del número de cáncamos a instalar.
La colocación de cáncamos en la persiana alicantina debe realizarse con cuidado y precisión. En primer lugar, pre-perfora un pequeño agujero en cada marca realizada en el montante. Esto facilitará la inserción del cáncamo y evitará dañar el PVC.
A continuación, enrosca cada cáncamo manualmente o con ayuda de una herramienta hasta que esté firmemente sujeto.
En las persianas alicantinas de más de 150 de ancho, se recomienda colocar cuatro cáncamos distribuidos de manera equitativa a lo largo del montante. Dos de ellos deben ubicarse cerca de la zona central, cerca de la polea y el freno, y los otros dos repartidos hacia los extremos. Esta distribución asegura un equilibrio perfecto durante el manejo de la persiana.
En el caso de persianas alicantinas de dimensiones reducidas, podrías optar por instalar solo dos cáncamos. Sin embargo, es vital posicionarlos de manera que se distribuya el peso de manera uniforme, ligeramente inclinados hacia el centro del montante para maximizar la eficiencia.
Un error común es colocar los cáncamos únicamente en los extremos del montante. Esta práctica puede provocar una presión desigual en la persiana, especialmente al recogerla, lo que podría deformar el montante. La correcta distribución de cáncamos evita este tipo de problemas y asegura una funcionalidad óptima.