La Historia del Mueble en 10 pasos
La historia del mueble es la historia de una de las artes decorativas, si bien sus orígenes humildes surgen de circunstancias propias de la necesidad del ser humano de encontrar una comodidad física postural.
Si ponemos un ejemplo parecido, la arquitectura también está condicionada a necesidades físicas del ser humano desde su origen.
Otras artes sin limites como la pintura por ejemplo no tienen esos límites.
Pero como todo lo que acontece en la historia del hombre, el mueble fue evolucionando como uso y como arte, alcanzando su apogeo con los gustos asociados a los grandes monarcas ingleses y franceses entre los siglos XVI y XIX.
Aunque por tradición ha sido considerada un arte menor o artesanía, llegó a una gran revalorización junto con las demás artes vinculadas al diseño que trasmitieron conceptos y maneras de entender la vida.
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Desde entonces y hasta nuestros días, el mueble se ha adaptado, modelado y exteriorizado asumiendo roles de variadísimas facetas, tantas como inventiva llega a tener la creatividad de su artesano, diseñador o fabricante.
Recorramos en diez pasos claramente distinguidos sus referencias más importantes en la historia del ser humano.
Para ello antes hay que saber que el mueble apareció como tal en el Neolítico (alrededor del 6.000 a. de C.) en la Edad Antigua como punto de partida, que es la referencia de inicio en la clasificación del mueble que han tomado los científicos dividiendo las creaciones artísticas según el avance de la Historia de la Humanidad.
1. Los muebles egipcios. Sabemos como se hacían
Gracias a los descubrimientos en las cámaras mortuorias de sus pirámides, los egipcios son, sin duda, los que nos han dejado un legado físico de los muebles más viejos que se conocen. Por eso en este paso vale la pena contar cómo los hacían sus artesanos.
Se fabricaron hace la friolera de 47 siglos, y con ellos podemos apreciar qué diseños seguían, qué técnicas se empleaban y qué materiales se usaban para su fabricación y ornamentación.
Se trataba de elementos completamente cúbicos y lisos, con una gran sencillez dando una clara sensación de sobriedad, pero ejecutados con una gran estilo en toda su estructura.
Sus ensambladuras se hacían por caja y espiga sin apenas clavijas de madera, y tenían revestimientos de oro y plata que se hacían cuando eran pertenecientes a grandes personalidades.
Las maderas usadas eran habitualmente cedro, ciprés, fresno y boj; las curvaban empleando el calor y eran pintados con un tipo de sellador parecido al yeso al que aplicaban tintes pigmentados.
Como decíamos, ya 2.600 años antes de Cristo aparecen ejemplares íntegros de mobiliario como sillas, sillones, camas, bancos, etc.
El hayazgo de mayor relevancia es el del ajuar funerario descubierto en una tumba atribuida a la reina Hetepheres, que son los muebles más antiguos de los que se tiene constancia física.
Fueron realizados con una gran exquisitez consiguiendo bellos diseños de madera cubierta de finas capas de oro.
2. Los muebles griegos: sencillos y prácticos
Resulta paradógico que se tengan menos datos sobre los muebles de culturas más modernas a los egipcios como son los griegos o los romanos que nos aportaron mucha más riqueza documental.
De los primeros, los conocimientos de su mobiliario nos llegan a través de estudios realizados sobre bajorelieves, vasos y platos de cerámica que esporádicamente representaban escenas de la vida doméstica.
Los muebles griegos estaban realizados generalmente en madera de cedro, pino o ciprés aunque también incluían otros materiales como láminas de metales nobles, marfil y otras maderas finas en una ornamentación basada en decoraciones arquitectónicas.
De la contribución griega al mueble, podemos decir que uno de los formatos de silla más conocidos, la silla “klismos” se atribuye a esta civilización.
Y otros elementos eran por ejemplo los diphros (taburetes de patas rectas)y los okladias (taburetes de patas cruzadas), las arkas (arcones) y los klines (camas).
El mobiliario griego era mucho más sencillo que el egipcio de diseños únicos y con una mayor transmisión histórica, sin embargo eran mucho más populares y accesibles.
Foto silla Klismos. Pie de página: Una reconstrucción de la silla klismos, la finalidad de la característica curvatura de sus patas era la de proporcionar estabilidad a su usuario en pisos de tierra.
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3. Los muebles romanos: convirtiendo lo adoptado
Como ocurre en todas las facetas culturales de la Antigua Roma, la influencia de Grecia fue determinante para marcar sus propias pautas y criterios.
Los romanos fueron un pueblo conquistador y por ello también se vieron influenciados por otras culturas obteniendo lo que más les interesaba de ellas.
Pero, nadie como los griegos influyó tanto en ellos.
En lo relativo al mobiliario, las domus o casas romanas fueron abandonando la sencillez griega y se hicieron más lujosas en el último tramo de la república. Adoptaron el uso de telas y tapices llegados de las provincias orientales del imperio como elementos decorativos. El empleo del bronce para el mobiliario de lujo llegó hasta el extremo de dejar la madera solo para los elementos imprescindibles de ser fabricados en este material, constituyendo, sin duda una de las más interesantes aportaciones de Roma a la historia del mueble.
Debido al carácter de inmortalidad que envolvía al sentimiento romano de ser una cultura superior, se construyen muebles de piedra y mármol y queda con estos materiales un legado manifiesto en todo lo urbano, religioso y gubernamental hermanado con su arquitectura, que aún permanece en nuestros días (foros, anfiteatros, coliseos, etc.)
Pie de foto: ejemplo de la aportación romana con el bronce al mobiliario de lujo. A la derecha, mueble de mármol romano
Uno de los artículos más característicos del mueble romano es la butaca en forma de medio tonel, inspirada en modelos de orígenes etruscos y representada tanto en madera como en piedra. Aunque realmente tenemos constancia de una enorme variedad de asientos: sillas con brazos( entronizadas) taburetes, sillones, etc.
Existen algunos tipos que por su singularidad y popularidad deben ser mencionados, como la silla “sella curulis” con forma de tijera plegable que militares y legisladores usaban para despachar sus gestiones oficiales. El formato de esta singular silla aparece tanto en Egipto como en Grecia. O la “biselium” también carente de respaldo pero más alta y vertical con espacio para dos personas.
El “triclínium”, era la zona comedor romana, donde el lecho ( que también lleva ese nombre) donde se recostaban los comensales era el gran protagonista. Era un mueble que constaba de dos extremos levantados ( “fulcra”) unas patas altas torneadas en cilindro y un colchón sustituible. A juego y para aportar mayor comodidad para reposar los pies, existía un pequeña banqueta siempre a juego con el lecho llamada “escabel”.
El “cartíbulum” era la mesa por excelencia. Consistía en dos patas de mármol que generalmente tenían figuras en bajo relieve con personajes mitológicos como glifos o leones alados y que soportaban sobre ellas el tablero correspondiente que podía ser también de mármol, piedra o madera.
4. Los muebles de la Alta Edad Media (siglos V al X): oriente y occidente
Tras la caída del imperio Romano, Constantinopla tomó el relevo como centro neurálgico de los órdenes comercial, político y religioso.
Uno de sus grandes logros fue la reunión de los especialistas más relevantes entre artistas y artesanos bajo la exigencia o protección de los nobles.
El alto clero, la nobleza y los emperadores eran coleccionistas de arte y procuraban estar bien rodeados de él hasta el punto que los talleres y tiendas se encontraban dentro del Gran Palacio.
Desgraciadamente tampoco se conservan piezas físicas de los muebles de la época y, una vez más hay que basarse en lo que hablan los manuscritos, y lo que muestran relieves, mosaicos y murales para tener un conocimiento de ello.
Se conservaron las técnicas de los ebanistas clásicos en un esplendoroso compendio de arte reflejado en el mueble.
Las crónicas describen mesas por norma general de piedra o metal, similares al formato de las romanas, siendo las de comer redondas o semicirculares en casas de ricos y gobernantes y rectangulares en los hogares más comunes.
Todavía se usaban los taburetes en forma de “X” y las sillas plegables con asientos de cuero.
Los grandes sillones de trono eran, al parecer de madera maciza decorados con motivos arquitectónicos y policromías.
Algunos estaban laminados con metales preciosos y, al igual que otros muebles como arcas, cajas y puertas, estaban bellamente adornados con panelados de marfil, material en el que los artistas bizantinos eran maestros reconocidos en el mundo de entonces.
También las camas eran al estilo clásico, pero dejaron de tener reposacabezas por la influencia oriental del cojín.
Solían tener techos a modo de templete y columnas y eran tanto de patas torneadas como arquitectónicas.
Las familias ricas poseían toda la variedad que hoy conocemos como menaje de dormitorio: mantas, sábanas, colchas e incluso cubrecamas con elaboraciones artísticas de intrincados bordados.
5. Los muebles de la Baja Edad Media (siglos XI al XV)
Con el avance de los tiempos, la diversidad del mobiliario aumentó añadiendo elementos para usos nuevos.
En España, el Arte Mudéjar destaca previo a esta etapa con sus laboriosas marqueterías de nogal y castaño y alcanza un mayor auge junto con el mudéjar italiano alrededor del s. XIII.
En dicho siglo hay un inicio de un periodo en el que las artes, la industria y el comercio experimentaron una espectacular proyección gracias a las nuevas tendencias arquitectónicas laicas dejando de ser el motivo religioso la única fuente de inspiración y encargo.
Tal vez la característica más común de los muebles de esta época era el ser concebidos para un uso muy portátil, que fuera fácil de transportar en los vehículos de aquellos entonces. Los bancos o sillas con bajorrelieves y pinturas, arcas, cofres, etc., en los que abundaban (los motivos de flora, fauna o figuras míticas) debían tener esas cualidades cuando los gobernantes o dueños querían cambiar de residencia.
Son especialmente destacables los sitiales de coro (altos espaldares de sillón tallados con motivos arquitectónicos o figuras sacras) y sillas capitulares. También de esa época destacan piezas maestras en talla de madera y carpintería como grandes armarios, lechos amplios, aparadores, cofres adornados con herrajes etc.,
6. Los muebles del Renacimiento, un siglo de esplendor.
El florecer del pensamiento humanista del s. XV se alejó de la visión gótica y propició el interés de las tendencias artísticas sobre el arte y la cultura greco-romanos.
Motivados por los grandes acontecimientos sociales como la toma de Constantinopla por los turcos, los humanistas italianos, fueron el epicentro de la gran revolución renacentista del mueble.
Además del mueble para ricos y poderosos, comienza la producción del mueble civil, y poco después la ornamentación deja de ser un mero complemento para convertirse en algo esencial en el mobiliario.
El mueble se vio inmerso en este esplendor siendo en Italia claro exponente con representantes exclusivos como el cassone, un mueble que derivó del copero de la Edad Media, pero con una mayor variedad de usos. Como arcón que era, se abría desde arriba gracias a dos o más puertas y estaba ricamente decorado con tallas, bajorrelieves y medallones con retratos. Le llamaban también mueble de bodas.
En Francia sin embrago, el mueble renacentista por excelencia fue el “dressoir” o aparador
Muy poco después surgió el escritorio, con diseños inspirados en la arquitectura de los templos o en arquerías al estilo romano.
7. Los estilos de las monarquías
En el siglo XVII, con el estilo Luis XIII, los muebles evolucionan en su estructura dando lugar al estilo con el nombre del monarca y comenzando un acercamiento a lo que después sería el Barroco.
Eran muebles grandes, pero sobrios.
En ellos se tornea la madera de una forma más explícita y se comienza a usar el tapizado mullido de los asientos.
Hay influencias flamencas, italianas y españolas mezcladas en ellos.
Con el estilo Luis XIV el arte barroco tiene presencia en el mobiliario pero sin llegar a la intensidad que en esos momentos tiene en la arquitectura, de la que siempre ha intentado el mueble ir de la mano.
Paradógicamente, se puede decir que es la etapa más escultórica del mueble, donde a la vez se persigue la mayor confortabilidad posible.
El estilo posterior, Luis XV, vivió una transición en la que se denominó estilo Regencia, hasta que Felipe de Orleans cumplió mayoría de edad y subió al trono.
Entonces se abandonan los torneados y proliferaron los detalles en talla y pintura usándose abundantemente los tonos dorados con gran variedad de materiales.
Es la evolución del Barroco al ostentoso mueble Rococó.
Cabe destacar en este periodo unas circunstancias que se compartirán hasta en el estilo Regencia y en el Luis XVI: la separación absoluta del estilo del mueble y el de la arquitectura.
Hablamos de estilos que se perfeccionan con técnicas de maquinaria más avanzada en complicadas variaciones de ensamble, pero de lineas rectas y serenas.
En el estilo Luis XVI vuelven las líneas clásicas del gusto de la Antigua Grecia.
Por esa razón fue también llamado Style à la grecque.
8. Los estilos Directorio, Reina Ana y el mueblista Chippendale
Acontecimientos como el descubrimiento de las ruinas de Pompeya y Herculano marcarán una referencia que no se limitó al mobiliario y afectaría notablemente al estilo que vendría después: el estilo Directorio, fiel reproductor de muebles griegos y romanos de los que ya hablamos anteriormente.
Paralelo iba el estilo inglés Reina Ana: sobriedad y elegancia, maderas nobles claras y empleo del lacado y la marquetería.
Y así llegamos al estilo del gran mueblista Chippendale con su Georgian (por Jorge II) se fusiona éste ultimo con elementos propios del estilo Directorio y estilos de gustos orientales.
Chippendale adquirió tal relevancia que marcó un antes y un después en la historia del mueble.
Con su trabajo que saltó y conquistó los gustos europeos, dió punto y final a nominar a los muebles por las etapas de los monarcas o de las épocas. Europa adoptó el estilo inglés gracias a Chippendale.
Sin embargo, pronto los vientos del cambio volverían a soplar y el mueble neoclásico empieza a marcar tendencia gracias a uno de sus mayores aportadores: Robert Adam. El estilo Adam de estructuras ligeras con maderas refinadas trabajadas elegantemente era exclusivo de la clase alta. A través de él surge la fabricación en serie de las siempre distinguidas sillas Windsor.
Y se hace patente la aportación del arquitecto y proyectista de muebles William Kent de gran paralelismo al estilo Regencia francés (S XIX);
9. El estilo Imperio
Las contiendas Napoleónicas no sólo impusieron hegemonía militar.
El mueble vuelve a verse absorbido por la huella que va dejando el hombre y surge el estilo Imperio, en el que se mantienen los principios neoclásicos, aunque enriquecidos con elementos y detalles artísticos de otras culturas como la egipcia.
Así pues, viene inspirado por las presencias de las grandes potencias europeas como Inglaterra y Francia en culturas orientales tras los grandes hallazgos arqueológicos o los avances políticos, económicos y militares de tipo imperial.
Es un intento de vuelta con poco carácter pero mucha originalidad a inspiraciones anteriores que culmina en la primera mitad del S XIX
En dicho intento, intervienen estilos que toman elementos de los anteriores y que al mezclarlos dan como resultado el Isabelino o el Victoriano.
10. El Vanguardismo.
A partir de la la 1ª Guerra Mundial, el mundo del arte gira de forma espectacular y surgen diseñadores con la total intención de romper con todo lo anterior.
El Grupo De Stijl, la Escuela Bauhaus, el fenómeno Artek y el movimiento Arts&Crafts son los principales artífices de este giro total.
En esa reacción la funcionalidad del mobiliario y la sencillez de los materiales transforman por completo la visión perspectiva del mueble en el espectador o consumidor común.
Su expansión paralela la lidera el Art Nouveau al que relevaría el Art Déco y, después de 1945, darían paso al estilo «Entreguerras».
Conclusión
El avance en diseño y tecnología que viene adquiriendo el mueble actual es tan espectacular como el progreso de los países industrializados.
Desde entonces la transformación del mueble se ha visto envuelta en tendencias artísticas y funcionales comunes lideradas por iniciativas individuales de los diseñadores, y escuelas que han conseguido renombre.
Puntualizar en pasos concretos su andadura desde el Vanguardismo hasta nuestros días será nuestro próximo decálogo sobre la industria mobiliaria.
Los certámenes y Ferias actuales como la próxima Feria Habitat en Valencia son un fantástico escaparate internacional en la progresión histórica y centro internacional de reunión de los mejores diseñadores y empresarios de la industria del mueble.
La tienda online Puntogar pone a su disposición este blog para mantenerte informado de su inauguración de este año con todo lo concerniente a su desarrollo desde el día 19 al 22 de Septiembre con información actualizada y entrevistas.
Con este decálogo de la historia del mueble hemos querido realizar para tí un resumen básico sin más animo que el de subrayar sus referencias más importantes con las que en público general, especialmente en los estilos de los monarcas, suele
tener confusión. Esperamos que ahora sean más definidos y cercanos para tí. ¿Te gustaría una segunda parte que hable sobre el mueble actual?. Con tus comentarios podremos ponerla en marcha.